En 2008, PlayStation® y Nissan plantearon la pregunta: "¿Puede un jugador de Gran Turismo® convertirse en un piloto de carreras de verdad?" El éxito de la primera competición demostró que la respuesta es un "sí" rotundo. Desde entonces, GT Academy ha acumulado un éxito tras otro.
En la competición de 2008 participaron 12 países de toda Europa. 25 000 fans de PlayStation®3 se descargaron la contrarreloj de Gran Turismo®5 y comenzaron una vuelta rápida tras otra, decididos a marcar el mejor tiempo posible. Al final del periodo de clasificación, los 20 jugadores más rápidos de cada país se enfrentaron en las finales nacionales, y los 22 pilotos más rápidos de la clasificación general compitieron en la final internacional: la GT Academy en Silverstone, el corazón del automovilismo británico. Este campamento de entrenamiento de una semana de duración estaba pensado para hacer que pasasen de ser pilotos virtuales a verdaderos pilotos de resistencia, ofreciendo a los dos mejores participantes la oportunidad de formar parte del equipo RJN Motorsport, apoyado por Nissan, en las 24 Horas de Dubái que se celebraba en enero de 2009.
En Silverstone, los 22 jugadores no solo tuvieron que demostrar su valía en una serie de carreras. Se les sometió a pruebas escritas, pruebas médicas, desafíos físicos y pruebas psicológicas, además de tener que realizar retos de conducción, desde una carrera de karts de 4 horas a una sesión de control de coches de Caterham y turnos al volante del Nissan 350Z y el Nissan GT-R. Incluso se puso a prueba su presencia ante los medios y su actitud profesional durante el programa de entrenamiento.
Steve Deeks fue el juez principal en la GT Academy de 2008, y el encargado de tomar la decisión final sobre quién aprendería a conducir profesionalmente de la mano del equipo Nissan –Steve contaba con la ayuda de 3 ayudantes, Rob Barff, Mike Garff y Elliot Charifour, todos ellos con una amplia experiencia y conocimiento sobre el mundo del motor.
Johnny Herbert, que cuenta con 3 victorias en un Gran Premio de Fórmula 1 y una victoria en las 24 Horas de Le Mans en su carrera, participaba como profesor y completaba el panel de jueces. Su clase magistral sobre qué hace falta para convertirse en un piloto de carreras de éxito enseñó a los participantes qué deben esperar si quieren ver su sueño hecho realidad.
A lo largo de la semana en Silverstone, los aspirantes se sometían al juicio del panel de expertos cada noche, y los conductores más débiles eran eliminados de la competición. El último día, los 22 jugadores iniciales habían quedado reducidos a 8:
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La lluvia hizo su aparición el último día de la competición, lo que sirvió para que aprovechasen todo lo que habían aprendido durante la semana y permitió que brillase el talento natural de cada uno. A una disputada carrera cara a cara bajo la lluvia le siguió una sesión de monoplazas en una pista increíblemente resbaladiza. Los aspirantes tenían que demostrar su capacidad de adaptación en distintos coches de carreras y, lamentablemente para ellos, Giacomo y Matthew registraron los peores tiempos en los monoplazas, muy lejos de sus rivales, por lo que fueron eliminados.
Después se disputó una serie de carreras eliminatorias que ganó el español Lucas. A continuación, y acompañados por Rob Barff, participaron en sesiones individuales al volante de un Nissan GT-R. Rob dedicó este tiempo a evaluar el control del vehículo, el estilo y la conducción de cada piloto, para ofrecerles a los jueces información de la que carecían.
Por último, el panel completo de jueces entrevistó a los pilotos para valorar su compromiso y su deseo de convertirse en el primer campeón de GT Academy. Steve Deeks y su equipo comenzaron a debatir y, tras muchas deliberaciones, el español Lucas Ordóñez y el alemán Lars Schlömer fueron coronados como ganadores.
Haber ganado la GT Academy no era garantía de que Lucas o Lars fueran a ocupar una plaza al volante del potente coche de carreras Nissan 350Z GT4 en las 24 Horas de Dubái. Los dos pilotos siguieron un Programa de desarrollo de pilotos durante el cual Lucas demostró que tenía todo lo necesario para hacer frente a una agotadora carrera de resistencia de 24 horas. Lars tuvo dificultades para adaptarse a la caja de cambios secuencial del coche, por lo que fue Lucas el encargado de defender la GT Academy en la carrera de Dubái al lado de Johnny Herbert.
Afortunadamente, la confianza que Nissan y Sony tenían en que un jugador podía convertirse en un buen piloto en el mundo real quedó en buen lugar. Aunque el resultado del equipo no fue reflejo de su velocidad y potencial debido a algunos problemas técnicos, Lucas hizo una actuación fantástica en Dubái solo 9 meses después de la fase clasificatoria de la GT Academy, enfrentándose a turnos de día y noche y sin verse implicado en ningún accidente.
No formaba parte del guion original, pero después de Dubái tanto Nissan como PlayStation sabían que habían descubierto un talento de la conducción especial. Tras esta aventura en Oriente Medio, a Lucas le dieron la oportunidad de labrarse una carrera con Nissan en el automovilismo de alto nivel. Desde entonces se alzó con el segundo puesto en la GT4 Cup de 2009 y fue el primer jugador en competir en las 24 Horas de Le Mans (acabando en el podio). Su equipo ganó la Intercontinental Le Mans Cup series de 2011 y Lucas pronto estaba haciendo historia de nuevo en el mundo del automovilismo, contribuyendo a llevar al Nissan DeltaWing a su primera final de prueba, quedando quinto en la general de la extenuante Petit Le Mans de 100 millas en 2012. Ahora sigue con su carrera como atleta Nismo para la marca Nissan.
Sin duda, la GT Academy demostró en su primer año de vida que un jugador de Gran Turismo podía convertirse en un piloto de carreras de talla mundial.